miércoles, 29 de mayo de 2013

Nueve meses

La primera lágrima salió en la sala de espera, fue entonces cuando pidió que lo dejaran solo. Quería pensarse con la niña: el primer beso, la primera palabra, el primer papá. Se sentó en uno de esos terribles sillones  de los hospitales y soñó despierto con el primer día de colegio, con las primeras notas, con su primera decepción. Sobrevoló  las noches de cena,  bañera y cuento y las mañanas de leche, mochila y prisa. Pasó a la primera bici, la primera muñeca, la primera discusión.
Y así siguió bailando con ella hasta que una bofetada lo levantó: ¿Quién sería su primer amor?

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